Por medio del dibujo, el collage, la escultura y la instalación, el artista crea un lenguaje híbrido entre la funcionalidad de un objeto y su valor poético, así como entre la arquitectura y el arte. A través de juegos, palabras y asociaciones, el artista busca darle un nuevo sentido a las cosas, en este caso en particular, a los objetos cotidianos que forman un hogar o al mismo estudio en donde se materializan las ideas del artista.

De la misma manera, López reflexiona alrededor del estudio como un espacio de hogar y a la vez como un espacio de experimentación. Para él, el estudio es capaz de entrelazar la vida cotidiana con el objeto de arte, encontrando una mediación entre el objeto, y cambiando, tanto su interpretación como su reubicación en el espacio, (tanto físico como metafórico), con el paso del tiempo.  La convivencia con estos objetos también definen comportamientos dentro del espacio, se reubican con el paso del tiempo, cambian de manera física pero también metafórica.