Sol Sua-ty

Sol Sua-ty

(Canción de sol)

En 2019, Jorge González participó en la residencia experimental La Reserva Guatoc.

Durante su visita, nació el proyecto Sol Sua-ty, una acción de tejido colaborativo basada en la técnica del ‘sol de naranjito’.

El nombre sua-ty se traduce a "canción del sol" en el idioma Guane, una antigua comunidad indígena que solía vivir en las faldas de las montañas de Santander. Pensando en la intersección de la artesanía y la ecología, además de inspirarse en el pueblo indígena Guane, este proyecto crea vínculos entre las tradiciones de Colombia y la vida actual.

El ‘sol de naranjito’ es un patrón y técnica de tejido que González aprendió de las maestras tejedoras Sandra Rodríguez y Jasmine Rivera en su ciudad natal de Puerto Rico. En el transcurso de la estancia de González en Guatoc, que estuvo marcada por una serie de talleres que dirigió, el ‘sol de naranjito’ fue reinterpretado en un proceso dinámico de intercambio, colaboración y adaptación.

 El proceso de tejido y confección de textiles establece conexiones con los materiales de la tierra y las personas que usan esos materiales, creando vínculos cruciales entre la tierra y quienes viven en ella. La elaboración del sol sua-ty sirvió para explorar prácticas ancestrales y entenderlas como posibles vías de resistencia.

Procesos

 Al combinar técnicas tradicionales caribeñas con materiales andinos populares y antiguos, González y sus colaboradores ampliaron las posibilidades formales y técnicas del fique, dotando al material de una nueva forma de expresión.

Talleres

En un período de diez meses, que comenzó en 2020 y finalizó a principios de 2021, una época de estrictos confinamientos y largas cuarentenas, las tejedoras Marcela Carrasco, Marcela Jiménez, Elda Vargas, Mary Luz Velásquez y Consuelo Rivera tejieron una sol sua-ty manta, un tejido hecho con 500 soles individuales, bajo la guianza de González.

Tejido

En lugar de tejer con hilo de algodón mercerizado, el material que se utiliza en Puerto Esta fibra natural se utlilza en toda Colombia para hacer bolsos, costales de café, hamacas, zapatos y muchos otros objetos. González quería utilizar el fique para generar un proceso transcultural de resignificación material.

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